Carlota Joaquina Teresa Cayetana de Borbón y Borbón, nacida el 25 de abril de 1775 en Aranjuez, fue una figura histórica marcada por la intriga y las conspiraciones. Hija de Carlos IV y María Luisa de Parma, su vida estuvo llena de desafíos desde el principio.

Casada a la temprana edad de 10 años con el príncipe Juan de Portugal, su vida en su país de adopción no fue fácil. Aunque inicialmente estaba destinada a un papel secundario en la corte portuguesa, todo cambió cuando su esposo se convirtió en sucesor del trono tras la muerte del heredero de la Corona. La pareja alcanzó una gran influencia durante la enfermedad mental de la reina María, asumiendo responsabilidades de gobierno y tomando decisiones importantes.

Sin embargo, las incursiones de Carlota en la política no fueron bien recibidas por la nobleza portuguesa ni por el pueblo. Sus intentos de influir en las decisiones de su esposo y su ambición de poder llevaron a desavenencias conyugales y, finalmente, a su expulsión del Palacio Real de Mafra en 1806.

A pesar de su destierro, Carlota continuó conspirando, especialmente durante la ocupación de Portugal por las tropas de Napoleón. Su cercanía al Virreinato del Río de la Plata provocó la formación de un partido a su favor en Buenos Aires, los «Carlotistas», que buscaban su apoyo para obtener la independencia del territorio.

Carlota contó con el respaldo del almirante Sidney Smith, comandante de la estación naval británica en el Atlántico Sur, pero sus planes fueron frustrados por la diplomacia británica y las tensiones políticas en América del Sur.

Tras una serie de eventos tumultuosos, incluida la proclamación de independencia de Brasil por parte de su hijo Pedro, Carlota se vio envuelta en una lucha interna en la familia real portuguesa. Mientras su esposo buscaba reconciliar a sus hijos y pacificar el reino, Carlota adoptó una postura beligerante, respaldando a su hijo Miguel en contra de su padre.

Los rumores de envenenamiento rodearon la muerte repentina de Juan VI en 1826, lo que llevó a sospechar de Carlota y su hijo Miguel. Aunque Carlota fue liberada de su confinamiento por un breve período durante el reinado de Miguel, falleció en 1830, dejando tras de sí un legado marcado por la controversia y la intriga.

La historia de Carlota Joaquina de Borbón es un fascinante relato de poder, ambición y conflictos familiares que dejó una profunda huella en la historia de Portugal y Brasil.