En la Gran Vía nº 60 se construyó en 1930 un edificio como conjunto de oficinas y viviendas. Proyectado por Emilio Ortiz de Villajos Müller para sede del Banco Hispano de la Edificación, fue inaugurado en 1932.
Una de sus particularidades era la escultura colosal que culminaba su fachada, obra del escultor Victorio Macho, conocida como “el Romano”. Un personaje masculino de 7, 60m de altura que levanta sobre su cabeza una casa, simbolizaba la institución bancaria a la que estaba dedicado.

El periódico Luz, diario de la República, ya admiró en un artículo del 24 de junio de 1932 su decoración escultórica: “Coronado por el gran escultor, gloria española, Victorio Macho, puede dejar orgulloso por mucho tiempo hasta lograr la superación al joven arquitecto y sus constructores los señores Prado y Vallina”.

Tenía 12 plantas de altura y tres cuerpos en columna, presentaba una fachada art decó. Sufrió graves daños por los bombardeos durante la Guerra Civil. Fue intervenido por Casto Fernández-Shaw en 1944, máximo representante de la arquitectura racionalista en Madrid.
Fernández-Shaw unió con un arco los dos cuerpos laterales, una solución para homogeneizar los volúmenes irregulares de la construcción original. Retiró los balcones del cuerpo central, igualando todas las ventanas. Dio una imagen totalizadora de la fachada, un resultado similar al del Coliseum también en la Gran Vía de 1931-1933.

Con el paso del tiempo, el inmueble paso a ser de uso terciario, las condiciones del edificio le fueron apartando del mercado de uso residencial, se dieron licencias para locales comerciales y para oficinas en las plantas superiores.
Poco a poco, pese a sus aspiraciones, el edificio cayo en el olvido durante cinco años. Pero en el 2022, el Ayuntamiento de Madrid redactó un Plan especial en el que se propone darle uso de hotel, para 500 huéspedes. Este proyecto permitirá la restauración y recuperación de los elementos arquitectónicos que motivaron el nivel 1 de protección.
En el proyecto se incluyen obras de ampliación que permitirán un incremento de la edificabilidad de hasta un 10%. La parcela cuenta con una superficie de 475 m2 sobre el que se erige un edificio de 12 plantas.
De planta cuadrada, con dos patios interiores simétricos, ubicados a ambos lados de la escalera principal. El ático presenta una gran terraza al frente de la Gran Vía. Su único acceso se encuentra en el centro de la fachada, que requiere una restauración obligatoria, aunque se encuentra en buen estado. En su interior destaca la escalera estilo imperial de ricos materiales. Mantiene las vidrieras originales. El resto de los acabados son una combinación de mármoles de colores.

El uso como hotel rinde homenaje a la imagen histórica de la Gran Vía, sede de hoteles, siendo el primero, el Hotel Roma, inaugurado por Alfonso XIII, y sirvió de estímulo pues a partir de entonces fueron numerosos los hoteles que se levantarían en el primer tramo. En el segundo tramo de la Gran Vía se situaron más edificios dedicados al teatro, cine, al espectáculo en general.
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