El 18 de abril de 1905 marcó el triste fallecimiento del renombrado escritor y político Juan Valera Alcalá Galiano en la capital española. Su legado literario y diplomático dejó una huella imborrable en la historia de la literatura española. En honor a su memoria, se erigió un monumento en Madrid, materializando el reconocimiento a su contribución cultural.

El proyecto del monumento, concebido por los hermanos Álvarez Quintero y otros destacados personajes de la época, no tomó forma hasta 1928, cuando finalmente se inauguró un grupo escultórico en el paseo de Recoletos, frente a la Biblioteca Nacional. La obra, a cargo del afamado escultor Lorenzo Coullaut-Valera, sobrino del homenajeado, captura la esencia del legado literario de Valera.

El monumento presenta un busto del escritor, acompañado a sus pies por una figura femenina, evocando a la protagonista de su famosa novela «Pepita Jiménez». Esta obra maestra literaria, publicada en 1874, es un testimonio del talento narrativo de Valera y su capacidad para retratar la complejidad de las relaciones humanas.

Además del busto y la figura femenina, el monumento incluye un bajorrelieve que representa a Dafnis y Cloé, personajes emblemáticos de la novela pastoril homónima. Esta elección no solo honra la obra literaria de Valera, sino que también resalta su contribución a la difusión de la literatura clásica griega en el mundo hispanohablante.

Juan Valera y Alcalá Galiano, nacido en 1824 en Córdoba, provenía de una familia distinguida con conexiones en las altas esferas sociales y políticas de la época. Desde temprana edad, demostró un interés por el conocimiento y las letras, lo que lo llevó a destacarse en el ámbito diplomático y literario.

A lo largo de su carrera diplomática, Valera recorrió Europa y América, entablando relaciones con destacadas personalidades y mujeres que inspirarían sus obras literarias. Su capacidad para capturar la esencia de la sociedad de su época y plasmarla en sus escritos lo convirtió en uno de los escritores más influyentes del siglo XIX español.

Tras su retiro como diplomático, Valera se estableció en Madrid, donde continuó su prolífica labor como escritor y político. Su famosa novela «Pepita Jiménez» se convirtió en un éxito de ventas y fue traducida a numerosos idiomas, asegurando su lugar en el panteón de los grandes autores de la literatura española.

El monumento erigido en su honor en el paseo de Recoletos es un recordatorio perdurable de su legado literario y su contribución a la cultura española. A través de sus obras, Valera inmortalizó la esencia del Madrid del siglo XIX y dejó un legado que continúa inspirando a generaciones de lectores y escritores.