El 14 de febrero de 1844 marcó un hito en la historia de la nobleza española con el matrimonio de María Francisca de Sales Portocarrero, conocida afectuosamente como «Paca de Alba», con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, el XV duque de Alba.
Originaria de Granada, nacida en 1825, Francisca de Sales Portocarrero era hija de Cipriano Palafox y Portocarrero y María Manuela Kirkpatrick. A la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, consolidando así una unión entre dos de las familias nobles más destacadas de España.
RETRATO DE LA DUQUESA DE ALBA POR WINTERHALTER CUANDO TENIA 29 AÑOS, 1854. SE ENCUENTRA EN EL PALACIO DE LIRIA.
Educadas en Francia, junto a su hermana Eugenia, quien más tarde se convertiría en la emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III, las hermanas Portocarrero fueron figuras destacadas en la sociedad madrileña de la época. Conocidas como «las condesitas», su madre se esforzó por encontrarles matrimonios adecuados dentro de la aristocracia española.
José Osorio y Silva, duque de Sesto, desempeñó un papel crucial en la introducción de las hermanas Portocarrero en la alta sociedad, llegando incluso a enamorarse de Paca. Sin embargo, su amor por ella llevó a un trágico desenlace cuando Eugenia, al descubrir los verdaderos motivos de la amistad de José con su hermana, intentó quitarse la vida por desesperación.
Como primogénita, Francisca de Sales heredó los títulos nobiliarios de su padre, que se integraron en la Casa de Alba tras su matrimonio con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia. La pareja tuvo tres hijos: Carlos, María de la Asunción y María Luisa, dando continuidad a la ilustre estirpe de la familia.
Desafortunadamente, la vida de Francisca de Sales se vio truncada por una enfermedad grave. En 1859, le diagnosticaron tuberculosis, aunque algunos síntomas sugieren que podría haber sufrido de leucemia. Su salud se deterioró rápidamente, y en un intento por buscar tratamiento, su hermana Eugenia le envió un yate a Alicante para trasladarla a París, donde finalmente falleció el 16 de septiembre de 1860, a la temprana edad de 35 años.
Los funerales de Francisca de Sales se llevaron a cabo en París, y su cuerpo fue trasladado a España, donde recibió honores ceremoniales en la ermita de Santa María la Antigua, en Carabanchel, por expreso deseo del marqués. Posteriormente, fue enterrada en el panteón familiar de la Casa de Alba, en el Monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches, donde descansa en la actualidad, recordada por su distinguida contribución a la historia de la nobleza española.
Os incluyo una biografía bastante completa con imágenes de su vida, que creo puede resultar muy interesante
