
El mundo del arte llora la pérdida de uno de sus más grandes exponentes, Santiago de Santiago, el aclamado escultor nacido en Navaescurial, Ávila, en 1925. El pasado sábado 5 de febrero de 2023, este genio del cincel y el mármol cerró los ojos para siempre en su hogar y estudio en la Fuente del Berro, Madrid, a la edad de 97 años.
Autodidacta de nacimiento, Santiago de Santiago buscó en la escultura su voz y su pasión. Su sed de conocimiento lo llevó a estudiar en las prestigiosas academias de arte de Francia, Italia y Japón, labrando así una técnica refinada y un estilo inconfundible. Desde temprana edad, mostró un talento innato que floreció con el paso de los años, consolidando su posición como uno de los más destacados escultores del siglo XX.
Su especialización en el retrato lo llevó a esculpir las semblanzas de numerosas personalidades de renombre, tanto del ámbito cultural como del espectáculo. Entre sus obras más destacadas se encuentran los bustos inmortales de figuras como el escritor Camilo José Cela y los icónicos artistas del cine español, Antonio Molina y Paco Rabal. Incluso la realeza posó ante sus manos expertas, siendo el actual Rey Felipe IV uno de sus modelos más jóvenes, inmortalizado a la tierna edad de dos años.
El legado de Santiago de Santiago trasciende fronteras, con obras dispersas en colecciones y espacios públicos de todo el mundo. Desde Grecia hasta Japón, pasando por la República Checa, Chile, Argentina y México, sus creaciones han dejado una huella imborrable en la historia del arte contemporáneo. Destaca su famoso busto de la Princesa Michiko, un tributo a la elegancia y la gracia de la nobleza japonesa.
En la ciudad de Madrid, donde pasó la mayor parte de su vida, su obra se erige como un testimonio perdurable de su genialidad. El emblemático monumento «La Violetera», ahora ubicado en los Jardines de las Vistillas, es solo uno de los muchos ejemplos de su maestría escultórica que embellecen la capital española.
Los reconocimientos y honores acompañaron la carrera de Santiago de Santiago, evidenciando su excelencia y su contribución al mundo del arte. Galardonado con la Cruz Militar con distintivo Blanco de 1ª Clase, la Medalla de Oro y brillantes de la Sociedad Española de Cultura, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y el prestigioso Premio Extraordinario Princesa Sofía de la Asociación Española de Pintores y Escultores, su nombre quedó grabado en la historia de la creatividad humana.
Su último acto público, celebrado en 2019 en Arenas de San Pedro, marcó el reconocimiento de toda una vida dedicada al arte. Su última obra conocida, el monumento «Tatuaje», datado en 2015 y ubicado en Estepona, Málaga, es un testimonio eterno de su genio creativo y su legado perdurable.
Las galerías de arte y los museos del mundo albergan sus obras, desde el majestuoso Hermitage de San Petesburgo hasta el venerado Museo Pushkin de Moscú y el Hakone de Tokio. Santiago de Santiago se despide dejando tras de sí un legado que continuará inspirando a generaciones futuras, un testimonio de la inmortalidad del arte y la grandeza del espíritu humano.
