En septiembre de 1939, un acontecimiento trascendental sacudió el mundo del arte español: el regreso al Museo del Prado de un vasto tesoro de obras de arte que habían sido resguardadas en el extranjero durante la Guerra Civil. Esta operación de salvamento, promovida por el gobierno republicano y seguida por los grandes museos europeos tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, marcó un hito en la protección del patrimonio cultural.

Entre las piezas más emblemáticas que retornaron al Prado se encuentran las Majas de Goya, las Meninas de Velázquez y medio millar de obras fundamentales en la historia de la pintura española. Este valioso legado emprendió un largo periplo desde Madrid, pasando por Barcelona y Gerona, hasta llegar a su destino final en Ginebra, Suiza.
Las palabras de Manuel Azaña, «El Prado es más importante que la República y la Monarquía», subrayan la trascendencia de estas obras para la identidad cultural de España. Juan Negrín, presidente del Gobierno durante los últimos años de la guerra, fue aún más enfático al advertir sobre el riesgo de perder estas joyas: «Si estos cuadros desaparecieran o se averiasen, tendría usted que pegarse un tiro».
El traslado de las obras estuvo a cargo de una comitiva de técnicos liderada por el pintor extremeño Timoteo Pérez Rubio, quienes se enfrentaron a numerosos contratiempos mientras las tropas franquistas acechaban sus pasos. Obras tan significativas como Los fusilamientos y La carga de los mamelucos de Goya sufrieron daños irreparables en el proceso.
A medida que la guerra llegaba a su fin, la incertidumbre sobre el destino de estas obras crecía. Sin embargo, gracias a la intervención del pintor José María Sert, residente en Francia y con conexiones en ambos bandos, se organizó un comité internacional para proteger el patrimonio artístico. Las obras fueron trasladadas a Francia y posteriormente a Ginebra, donde se exhibieron en el Palacio de las Naciones Unidas.
El 1 de junio de 1939, 174 obras maestras del Prado fueron expuestas en el Museo de Historia y Arte de Ginebra, marcando un momento histórico en la preservación del arte español. Pocos meses después, en septiembre, estas valiosas obras regresaron a España en un tren cargado de esperanza y renovación cultural.
Revive esta emocionante historia de rescate y redención en nuestras visitas guiadas por el Madrid de la guerra, donde podrás descubrir los episodios más fascinantes de esta época tumultuosa y la valiosa contribución del Museo del Prado a la preservación del patrimonio artístico español.
