Efemérides

Descubriendo la Historia de la Tortuga Gigante de Madrid

El 2 de agosto de 1872, en el terreno de la Casa de Campo de Madrid, específicamente en el área conocida como el Arroyo Meaques, se realizó un descubrimiento extraordinario: se encontró incrustado un fósil de tortuga de dimensiones colosales. Este hallazgo fue significativo porque proporcionó conocimientos inéditos sobre el periodo Terciario en los alrededores de Madrid, donde previamente había escasez de evidencia. Se estima que la tortuga habría medido alrededor de metro y medio de longitud, según el fragmento encontrado. Esta revelación sorprendente surgió tras años de sospechas, iniciadas por un fragmento descubierto en 1862 por el ingeniero de Minas Casiano de Prado en el yacimiento paleolítico de San Isidro en Madrid.

El descubrimiento fue realizado por Ignacio Bolívar, un joven naturalista y miembro de la Sociedad Española de Historia Natural, quien rápidamente contactó al naturalista valenciano Eduardo Boscá Casanoves para colaborar en el estudio del hallazgo. En 1920, en un acto de reconocimiento, los paleontólogos bautizaron el descubrimiento como Testudo Bolivari, en honor a Ignacio Bolívar, cuya contribución a la ciencia también se extendía al estudio de los saltamontes, convirtiéndolo en uno de los especialistas más destacados del mundo en esta área. Además, Bolívar fue Director del Museo de Ciencias de Madrid en 1901 y desempeñó un papel crucial en la investigación y gestión de la Casa de Campo durante la II República, colaborando con su hijo Cándido en la lucha contra las plagas de insectos que afectaban a los árboles del área.

Durante las primeras décadas del siglo XX, se siguieron descubriendo restos fósiles de tortugas gigantes en varias provincias de España, como Palencia, Valladolid, Ávila, Segovia y Toledo, lo que revela que estas criaturas habitaron ecosistemas cálidos y cercanos al agua y la vegetación.

Sin embargo, las investigaciones paleontológicas se vieron interrumpidas por la Guerra Civil española, aunque en 1952 se logró describir un nuevo género, Titanochelon, que agrupa a las tortugas terrestres de gran tamaño que vivieron en Europa y Asia occidental hace entre veinte y dos millones de años. La especie española, Titanochelon bolivari, es especialmente relevante, ya que es la mejor representada de todas las tortugas gigantes europeas y ha sido seleccionada como la especie tipo del género.

El legado de estas tortugas gigantes ofrece una ventana fascinante al pasado prehistórico de Madrid y sus alrededores, proporcionando valiosa información sobre la evolución y la biodiversidad en la región a lo largo de millones de años.

Deja un comentario