El fatídico 25 de julio de 1951 marcó un oscuro episodio en la historia del Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, uno de los principales abastecedores de productos frescos en Madrid. Aquella tarde, un voraz incendio consumió varios puestos de la planta alta, desencadenando una tragedia que conmocionaría a la ciudad.
El fuego se propagó con rapidez, desafiando los esfuerzos de los bomberos por contenerlo. A pesar de los intentos de sofocarlo con siete tanques y dos coches moto bombas, la falta de presión en las cañerías obstaculizó los esfuerzos de extinción. Afortunadamente, la proximidad del mercado al río Manzanares evitó que las llamas se extendieran más allá de sus límites.

Durante seis horas, el incendio devoró todo a su paso, dejando a su paso un rastro de destrucción. Sin embargo, gracias a la estructura diseñada por los arquitectos Francisco Javier Ferrero y Alfonso Peña Boeuf, el desastre no fue aún mayor. Estos visionarios habían concebido un edificio funcional, priorizando la luminosidad, la limpieza y la ventilación.

La construcción del mercado fue toda una revolución arquitectónica. Inaugurado el 23 de abril de 1935, su diseño triangular y su acceso a una plaza central lo convirtieron en un referente urbanístico en Madrid. Su apertura coincidió con un importante crecimiento demográfico en la zona circundante, generando un auge en la construcción de viviendas para la clase obrera.

Aunque el mercado estuvo en funcionamiento hasta 1983, su abandono gradual llevó a diversas propuestas de reutilización. Proyectos como oficinas municipales, un mercado gourmet e incluso un centro comercial fueron considerados, pero ninguno se materializó. La comunidad local siempre abogó por la conservación del edificio y su gestión ciudadana.
En 2007, el Ayuntamiento de Madrid bajo la administración de Ruiz Gallardón propuso convertir el mercado en oficinas del área de Urbanismo, pero esta iniciativa tampoco llegó a concretarse. Finalmente, fue el Gobierno de Ahora Madrid quien decidió darle un nuevo uso como espacios municipales y de gestión ciudadana.
Hoy, en 2022, el Mercado de Legazpi sigue siendo objeto de atención y debate sobre su futuro. Aunque su destino aún no esté completamente definido, su legado histórico y su importancia para la comunidad continúan siendo motivo de interés y preocupación para los habitantes de Madrid.