La historia de la Iglesia-Hospital del Buen Suceso se remonta al siglo XV, cuando los Reyes Católicos fundaron un hospital itinerante en Baza, durante la conquista de Granada. Sin embargo, fue su nieto, Carlos I, quien lo trasladó a Madrid, ubicándolo extramuros, cerca de una ermita dedicada a San Andrés, frente a la Puerta del Sol. Confirmado por el Papa Clemente VII, este hospital, inicialmente conocido como el Real Hospital de la Corte, pronto se convirtió en un punto de referencia para los criados de la Casa Real y los cuerpos de seguridad.

La veneración a la imagen de la Virgen del Buen Suceso, traída de Roma en 1612, otorgó al lugar una relevancia espiritual especial. Esta devoción se refleja en obras como el lienzo de Luis Paret Alcázar, donde la Virgen es protagonista.
En 1854, durante una reforma urbana que afectó a la Puerta del Sol, tanto la iglesia como el hospital fueron demolidos. Sin embargo, el 19 de abril de 1865, se inició la construcción de un nuevo edificio en el emergente barrio del Ensanche de Argüelles, entre las calles del Buen Suceso y Quintana. Esta obra estuvo a cargo de Agustín Ortiz de Villajos.
Aunque partes del edificio original fueron preservadas, como algunas columnas que se reubicaron en la Casa Bruguera del Paseo de la Castellana, y el reloj, trasladado al Ministerio de la Gobernación, el nuevo diseño de Ortiz de Villajos destacaba por su disposición en dos alas, con la iglesia en el centro y el ala derecha destinada al hospital militar, mientras que el ala izquierda albergaba la residencia del párroco castrense. El estilo arquitectónico del nuevo edificio era una amalgama de elementos bizantinos y góticos, que le conferían una apariencia única y venerable.

A pesar de pertenecer al Patrimonio Nacional, el edificio original fue declarado en ruinas por el Ayuntamiento en 1975 y derribado. En su lugar, se erigió una iglesia de estilo moderno y un complejo de apartamentos y oficinas. Este nuevo conjunto arquitectónico, revestido de acero inoxidable, fue apodado por los madrileños como «Nuestra Señora de Magefesa».
El renacimiento de la Iglesia-Hospital del Buen Suceso es un testimonio de la constante evolución urbana de Madrid, preservando al mismo tiempo la rica historia y el legado espiritual de este emblemático lugar.