El 1 de febrero de 1913 marcó el renacimiento de un ícono cultural madrileño: el Teatro de la Zarzuela. Situado en la calle Jovellanos, 4, con trasera a la calle de los Madrazo 14, en el vibrante barrio de Justicia, este teatro ha sido testigo de la rica historia de la zarzuela española desde su fundación el 10 de octubre de 1856, coincidiendo con el cumpleaños de la reina Isabel II.

La visión de la Sociedad Lírica Española, respaldada por figuras destacadas como Barbieri y Gaztambide, dio vida a este teatro bajo la financiación del influyente banquero Francisco de las Rivas. Diseñado por Gerónimo de la Gándara y remodelado por el arquitecto Guallart, el Teatro de la Zarzuela sigue el modelo de la Scala de Milán, con su distintiva forma de herradura y una exquisita ornamentación que rinde homenaje a la música y las artes clásicas.

A pesar de los desafíos, incluido un devastador incendio en 1909, el teatro se levantó de las cenizas gracias a la reconstrucción liderada por Cesáreo Iradier. La reapertura en 1913 marcó el comienzo de una nueva era, con el maestro Luna dirigiendo desde el podio.

A lo largo de los años, el Teatro de la Zarzuela ha sido testigo de cambios, desde su adquisición por la Sociedad General de Autores de España en 1955 hasta su conversión en propiedad del Estado en 1963. Bajo la tutela del Ministerio de Cultura desde 1984, este monumento nacional ha sido restaurado y revitalizado para convertirse en un centro vital de la escena artística madrileña.

Hoy, como centro de creación artística del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, el Teatro de la Zarzuela continúa su misión de preservar, promover y celebrar el rico legado del género lírico español, consolidándose como un faro cultural en el corazón de Madrid.

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