El 17 de agosto de 1843, bajo el gobierno de Espartero, el ministro Fermín Caballero firmó el decreto que regulaba el uso en España del sello adhesivo de correos. Sin embargo, la orden se demoró, y los sellos salieron a la venta el 1 de enero de 1850, ya durante el reinado de Isabel II, de ahí que aparezca su perfil grabado.
Se emitieron cinco sellos con diferentes valores faciales: 6 cuartos de real en color negro, 12 cuartos en color lila, 5 reales en color rojo, 6 reales en color azul y 10 reales en color verde. El perfil de la reina fue el único motivo usado en los tres primeros años, con un total de 80 sellos emitidos entre 1850 y 1868 con su imagen.
El sello adhesivo había sido creado en 1840 en Inglaterra por Sir Rowland Hill, responsable del servicio postal de su país, quien ideó un sello adhesivo para que el servicio fuera costeado por el remitente y no por el destinatario, como era habitual. Fue el popular «Black Penny» con la silueta de la reina Victoria en tinta negra y las palabras «Postage» y «One Penny», que era su precio. Tuvo gran éxito y se emitieron 68 millones de unidades.
El invento del sello se debe al descubrimiento por parte de Rowland de un fraude en el que una familia se comunicaba entre sí enviándose cartas donde solo escribían la dirección, como un código para saber que todos estaban bien. Las cartas vacías eran rechazadas para no pagar el importe debido. Este método sencillo e ingenioso, pero fraudulento, se resolvió con el pago previo.
En España, el primer sello puesto en circulación se debe al maestro impresor Bartolomé Tomás Coromina. España se convirtió en el décimo país del mundo en adoptar el sistema de Sir Rowland, aunque se siguió utilizando el antiguo sistema de pago en destino, bastante más caro.
