El 1 de junio de 1948, los periódicos de Madrid se hicieron eco de la llegada el día anterior del cantante de corridos mexicano, Jorge Negrete , «El Charro», a la Estación del Norte. Fue tal la histeria, y la locura de las fans tuvo que ser escoltado por la Guardia Civil, cuando paseaba a caballo por la Gran Vía. Aún así, su traje quedaba hecho jirones cuando llegaba al hotel. La frase que dijo y le hizo más famoso fue: ¿Pero, bueno, es que aquí no hay hombres?

Descendiente de españoles, llegó a decir que nunca visitaría España durante la dictadura de Franco, y aunque sus ideas liberales despertaron la suspicacia del gobierno español, su fama era tal, que terminó filmando dos películas: Jalisco canta en Sevilla en 1948 donde debutó Carmen Sevilla, y Teatro Apolo en 1950, por la que recibió la distinción como mejor actor por el diario ABC.

Una España aún entre los escombros de la guerra, que se refugiaba en los cines para ver películas que en su mayoría eran interpretadas por Negrete o María Félix. La música mexicana se popularizó en los lugares mas recónditos de España.