Ubicado en la calle Luisa Fernanda esquina con Juan Álvarez Mendizabal, un lugar de reunión y tertulia política que ha logrado sobrevivir al paso del tiempo adaptándose a las circunstancias. El Café Viena nació en 1928, cuando lo frecuentaban Pio y Ricardo Baroja, familia del dueño.

En 1873, Matías Lacasa, tras pasar por la Exposición Universal de Viena, patentó la fabricación de un tipo de pan de corteza fina y mucha miga, el Pan de Viena que empezó a vender en una tahona de la calle Capellanes (junto a las Descalzas Reales). Al no tener descendencia, dejó el negocio a los sobrinos de su mujer, los hermanos Baroja, que se pusieron al frente al mismo tiempo que buscaban su lugar en el mundo cultural del país. Ricardo era un excelente ilustrador y pintor y su hermano Pío, se convertirá en uno de los grandes del mundo de las letras de la llamada Generación del 98. Aqui podemos ver un retrato doble de los Hnos Baroja, por Daniel Vázquez Díaz

Finalmente, dejaron el negocio del pan a Manuel Lence, recién llegado de Galicia, que con el tiempo abrió el Café Viena, todo un capricho. Fue todo un visionario. Abrió el negocio en los bajos de su casa para poder compaginar su vida familiar y laboral.
El Café Viena nació en una época de grandes cafés que albergaban encuentros culturales como el Pombo, el Colonial, el Fornos, el Gijón. Aunque el Viena estaba un poco alejado del centro, la empresa contrato coches que salían de la Puerta del Sol para llevar de manera gratuita a los comensales, a cambio, cochero y caballo comían o cenaban gratis.
Manuel Lence era un vegetariano convencido y su médico de cabecera, el naturista Casiano Ruiz Ibarra dictaba sus menús a base de vegetales. Uno de los puntos fuertes de la Casa eran las meriendas, buen café, chocolate con picatostes con pan inglés, azucarillos de sabor a fresa o limón.
En los turbulentos años 30, fueron muchas las reuniones políticas, sobre todo en época de elecciones. Se propuso un menú especial para esa fecha: solomillo y tortilla, postre, vino y pan de Viena, todo a 5,25ptas. La cercanía con la sede del PSOE en la calle Ferraz, ha hecho que tenga mucha afluencia de políticos.

La Guerra Civil vino a destruirlo todo, los milicianos ocuparon el Café, lo convierten en refugio provisional por su cercanía al Cuartel de la Montaña. Muebles, lámparas, espejos, fueron pasto de las llamas y la violencia. Tras la contienda se restauró lenta y costosamente, pero consiguió sobrevivir, ahora era Luis Buñuel quien lo frecuenta y atrae al mundo de la cultura. Aquí se rodaron escenas de Tristana, es muy recordada la actriz Catherine Deneuve.Otros famosos que lo frecuentaron fueron el director de cine Juan Antonio Bardem y el torero Luis Miguel Dominguín.

Su descendiente, Antonio Lence, sobrino nieto, regenta 19 establecimientos, 60 corners y un servicio de catering para empresas y particulares. El Café, aunque reformado en los años 70 del siglo XX, mantiene percheros, espejos, sombrereros, libros de contabilidad, máquina registradora. Visitarlo es viajar en el tiempo.
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