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Descubre la Historia de la Casa del Conde de Guaqui: Un Palacete Convertido en Museo

En el corazón de Madrid, en la intersección de las calles Marqués de Cubas y Zorrilla, se alza un edificio que encierra siglos de historia y arte: la Casa del Conde de Guaqui. Construido en 1917 por el renombrado arquitecto César Iradier, este palacete es un testimonio del esplendor arquitectónico del siglo XX y hoy en día alberga una parte importante del patrimonio cultural de la ciudad.

El origen de este magnífico edificio se remonta al siglo XVIII, cuando era conocido como el Palacio de Villahermosa, propiedad de la condesa de Altri y posteriormente del duque de Villahermosa. Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando el destino de esta majestuosa residencia cambió de rumbo. Tras el fallecimiento de la duquesa de Villahermosa sin herederos directos, el palacio pasó a manos de su primo, Francisco Javier de Aragón-Azlor, XVI duque de Villahermosa.

Pero es en el siglo XX cuando la Casa del Conde de Guaqui adquiere su identidad única. En 1917, bajo la dirección del arquitecto César Iradier, el edificio fue transformado en una obra maestra del estilo renacentista español, fusionando elementos decorativos como la escultura, el hierro forjado y la cerámica. Esta exquisita combinación de artes decorativas otorga al palacete una belleza incomparable que perdura hasta nuestros días.

A lo largo de los años, la Casa del Conde de Guaqui ha sido testigo de importantes eventos y ha albergado a distinguidas personalidades. Su esplendoroso diseño y su ubicación privilegiada la convirtieron en el escenario perfecto para las tertulias políticas y literarias más destacadas del Madrid de principios del siglo XX.

En el año 2002, este emblemático edificio experimentó una transformación significativa para dar cabida a una nueva función: convertirse en parte del Museo Thyssen-Bornemisza. Originalmente construido para ampliar la colección de la baronesa Thyssen, hoy en día la planta baja de la Casa del Conde de Guaqui alberga una parte de esta prestigiosa colección artística.

A pesar de las modificaciones realizadas a lo largo del tiempo, la esencia y la belleza de la Casa del Conde de Guaqui han sido preservadas con esmero. El portal con su delicada rejería y el hermoso zócalo de cerámica son testimonios de su glorioso pasado y su importancia arquitectónica.

Adentrarse en la Casa del Conde de Guaqui es sumergirse en un viaje a través del tiempo, donde la historia y el arte se entrelazan para ofrecer una experiencia única. Esta joya arquitectónica, convertida en museo, es un recordatorio vivo del rico legado cultural de Madrid y un destino imperdible para los amantes del arte y la historia.

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