Efemérides

El Estreno de la Primera Zarzuela: «El Jardín de Falerina» de Calderón de la Barca (6 de Diciembre de 1649)

La zarzuela, ese género dramático-musical tan arraigado en la cultura española, tiene sus raíces en un palacio real, específicamente en el palacete de la Zarzuela, mandado a construir por el rey Felipe IV en 1627. Este palacio, situado entre los Montes del Pardo, contaba con un teatro donde se llevaron a cabo las primeras representaciones de este género.

El gusto del rey por la caza era conocido, pero también apreciaba otros entretenimientos. Convocaba a cómicos profesionales de Madrid para deleitarse con cantos, música y piezas breves que combinaban elementos teatrales y musicales, sentando así las bases de lo que más tarde se conocería como zarzuela.

A menudo se ha confundido la zarzuela con la opereta, un género de origen francés debido a su combinación de partes habladas y musicales. Sin embargo, la zarzuela es única en su origen y desarrollo, naciendo en España pero extendiéndose rápidamente por todo el mundo hispánico.

Aunque solemos asociar la zarzuela con el siglo XIX, su génesis se encuentra en el Siglo de Oro español. Los entremeses, piezas cómicas breves que se representaban entre los actos de las obras teatrales en los Corrales de Comedias del siglo XVII, fueron precursores claros de la zarzuela. Quiñones de Benavente introdujo elementos innovadores en los entremeses, como bailes y referencias populares, sentando así las bases para el desarrollo futuro de la zarzuela.

Fue en 1648 cuando la zarzuela como género dramático-musical propio y distinto surgió, con el estreno de «El Jardín de Falerina», obra escrita por el genial Calderón de la Barca. Junto al compositor y arpista Juan Hidalgo, Calderón llevó a cabo una serie de estrenos zarzuelísticos en los años siguientes, incluyendo obras como «La fiera, el rayo y la piedra», «Fortunas de Andrómeda y Perseo», «El golfo de las Sirenas» y «El laurel de Apolo».

Durante el siglo XVIII, la zarzuela trascendió los límites de la corte y se extendió al público de los corrales, como los de la Cruz o los Caños del Peral. A pesar de la preferencia de la nueva dinastía Borbón por la ópera italiana, la zarzuela no desapareció, sino que se adaptó a los tiempos. Finalmente, en 1856, la zarzuela tuvo su propio teatro, marcando el comienzo de su edad de oro.

Grandes maestros como Chueca, Ruperto Chapí, Tomás Bretón y Amadeo Vives, entre otros, contribuyeron a consolidar la zarzuela como el género más afamado y querido por los madrileños.

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