El Palacio de Linares, un hito arquitectónico en Madrid, tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XIX. Construido para José de Murga y Reoli, el primer Marqués de Linares, este majestuoso edificio es un testimonio del esplendor y la opulencia de la época.
José de Murga y Reoli, nacido en Madrid en 1833, heredó una gran fortuna de su familia, que había acumulado riquezas a través de negocios en Cuba y el sector ferroviario. Educado en Europa, José adquirió una formación cosmopolita que lo convirtió en uno de los hombres más ricos y cultos de España.
En 1858, José contrajo matrimonio con Raimunda de Osorio y Ortega, uniendo así dos poderosas familias. Su lealtad a la monarquía le valió el título de Marqués de Linares por parte del rey Amadeo I en 1873. Decidido a dejar un legado duradero, José y su esposa encargaron la construcción de un palacio monumental en Madrid.
El palacio, diseñado por el arquitecto Adolf Ombrecht y construido en los terrenos del antiguo Molino de Plata y el Pósito Real, se convirtió en un proyecto ambicioso que involucró a destacados artistas y artesanos. La obra, que duró más de dos décadas, se completó en 1900, convirtiéndose en la residencia principal de los Marqueses de Linares.
Tras la muerte de los Marqueses, el palacio pasó a manos de su ahijada, Raimunda Avecilla, quien heredó la propiedad y continuó su legado. Sin embargo, con el paso del tiempo, el palacio experimentó períodos de abandono y cambios de propiedad.
A pesar de los intentos de demolición, el Palacio de Linares fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1976, lo que salvó el edificio de la destrucción. En 1988, el Ayuntamiento de Madrid adquirió el palacio y comenzó un proyecto de restauración.

Hoy en día, el Palacio de Linares alberga la Casa de América, un centro cultural y político dedicado a promover el intercambio cultural entre España y América Latina. Desde su reapertura en 1992, el palacio se ha convertido en un importante punto de encuentro para eventos culturales, exposiciones y conferencias.
Además de su impresionante arquitectura, el Palacio de Linares es conocido por su rica historia y su compromiso con obras de caridad. Los Marqueses de Linares dedicaron una parte significativa de su fortuna a fundar casas de caridad en Madrid y Linares, brindando ayuda a los más necesitados y creando una institución benéfica que sigue activa en la actualidad.
Con su magnífica escalera de mármol, salones decorados por artistas de renombre y su legado filantrópico, el Palacio de Linares es un símbolo de la grandeza y la generosidad de sus fundadores, dejando un impacto perdurable en la historia de Madrid.
