El Café Español, un emblema de la vida cultural madrileña durante sus 84 años de existencia, dejó una huella imborrable en la memoria de la ciudad. Ubicado en la calle Carlos III, 1, frente al Teatro Real, este café tuvo sus humildes comienzos en los años 40 del siglo XIX en la Puerta del Sol, antes de su traslado a su ubicación final.
La historia del Café Español comenzó con una indemnización a su dueño original, Juan Fernández, para su reubicación desde la Puerta del Sol. En agosto de 1851, abrió sus puertas en su nuevo hogar, un lugar decorado con techos adornados con angelitos, grandes espejos en las paredes y divanes tapizados de terciopelo rojo, reflejando la moda de la época.

Este café pronto se convirtió en el lugar de encuentro preferido para músicos y artistas, gracias a su proximidad al Teatro Real. Cantantes y músicos acudían para disfrutar de un ponche antes de sus actuaciones, mientras que los amantes del teatro se congregaban en sus billares después de las representaciones.
A pesar de su alejamiento de la bulliciosa Puerta del Sol, el Café Español mantuvo su encanto romántico y se convirtió en el punto de encuentro de destacados escritores y artistas. Tertulias literarias y homenajes a figuras como Larra eran habituales en este café, que se ganó su lugar en la historia cultural de Madrid.
Sin embargo, a principios del siglo XX, el café experimentó cambios bajo el nuevo propietario, Calixto Velarde, quien modernizó sus instalaciones sin perder su esencia. Reformas como la instalación de nuevos lavabos y la sustitución del terciopelo por pana labrada buscaron mantenerlo actualizado sin perder su identidad.
Pero incluso los lugares más emblemáticos tienen su final, y el Café Español no fue la excepción. En 1935, tras el descubrimiento de una imagen mariana en su bodega, el café cerró sus puertas definitivamente. Los parroquianos, perturbados por la presencia del altar improvisado, abandonaron el café, marcando así el triste final de una institución cultural.
Después de su cierre, el local albergó diferentes negocios, incluida una tienda de instrumentos musicales llamada Musical Opera, que cerró en 2013. Hoy en día, el antiguo Café Español es un bazar de recuerdos, pero su legado perdura en la memoria de aquellos que alguna vez se reunieron entre sus paredes para disfrutar de la cultura y el arte.
El Café Español puede haber tenido una despedida trágica, pero su historia sigue viva en los relatos de aquellos que recuerdan sus días de gloria en la historia cultural de Madrid.

