El Cine Royaliti, inaugurado el 9 de mayo de 1914 en la calle Génova, 6, fue un punto de referencia en la historia del cine en Madrid. Diseñado por el arquitecto José Espeliús y encargado por el empresario Pedro Vilata, este cine destacaba por su estilo vanguardista «art nouveau» y su arquitectura innovadora.
Con una fachada impresionante, el Cine Royaliti se destacaba por su gran hueco central con cristaleras y letras gigantes de piedra artificial que anunciaban su nombre. El edificio, construido con ladrillo macizo y forjado de hierro, contaba con tres alturas, incluyendo dos vestíbulos y una cabina para el proyeccionista.

Dentro del cine, los espectadores disfrutaban de un diseño cuidadosamente planificado, con un patio de butacas que aseguraba una visión óptima de la pantalla y una decoración modernista en todo el interior. Con capacidad para 900 personas, la sala estaba diseñada para ofrecer comodidad y una experiencia cinematográfica inigualable.
A lo largo de los años, el Cine Royaliti experimentó cambios, incluida una ampliación y una reforma en 1931, llevada a cabo por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Sin embargo, en 1971, el cine fue vendido y demolido para dar paso a un edificio de oficinas, poniendo fin a una era de entretenimiento y cultura en Madrid.
A pesar de su desaparición física, el legado del Cine Royaliti vive en la memoria de aquellos que lo frecuentaron y en la historia del cine en la capital española. Su arquitectura única y su importancia cultural lo convierten en un icono perdido que merece ser recordado y celebrado.
