En la calle de los Donados, nº 6, , en pleno Arrabal de San Ginés, se construyó en 1917 un Oratorio sobre el solar de la antigua iglesia de un hospital, conocido como el de Santa Catalina de los Donados, donde se ubicó la imagen del Niño de los Remedios.
Todo comenzó en una calle cercana, la Costanilla de los Ángeles, donde un encuadernador, Pedro Marazuela, poseía esta hermosa talla del Santo Niño del siglo XVI. La había adquirido a una viuda rica que emigró a Cuba. Un amigo le prestó las 100 pesetas que valía la talla y la colocó en la trastienda de su taller.
Marazuela era viudo y muy devoto, como sus hijas. Con el Niño le entregaron una coronita de espinas que pendía de una mano, tres potencias de hojalata como signo de divinidad y una banda de seda de color granate bordada en hilos de oro. Las hijas del encuadernador decidieron levantarle un altar. El nombre del Niño del Remedio surgió por azar, decidieron elegir entre cuatro posibles nombres: Consuelo, Esperanza, Perdón y Remedios, y salió el último nombre.

Como suele ocurrir con las devociones populares, comenzó a propagarse la voz de que el Niño otorgaba dones y favores, así el taller del encuadernador se convirtió en lugar de cita para rezar ante la imagen: obreros, nobles, burgueses, acudían a postrarse ante él, y poco a poco fue ganando la categoría de «Santo».
Pronto se quedo pequeño el pequeño altar, y gracias a las limosnas de los fieles se construyo el oratorio que fue bendecido el 1 de enero de 1900. LLegó a tener el apoyo de la Infanta Isabel de Borbón, conocida como «La Chata» a través de los marqueses de Castellanos que se convertirían en grandes devotos.
Tras morir el viudo, se hizo cargo del Oratorio su hija Inés, que se esforzó por llevar la imagen a una Iglesia y crear una cofradía, así se tramito el traslado a la de Santa Cruz en la calle Atocha, donde siguió recibiendo culto de sus numerosos devotos. Y finalmente en 1917, se edifica el Oratorio que ya hemos comentado en la calle de los Donados.
Junto al Oratorio hubo una cerería para vender velas, cirios y exvotos que ofrecer al Santo Niño. Una gran tradición que desgraciadamente se ha ido perdiendo, tanto la Cerería del Niño del Remedio como la Cerería Ortíz, en la calle de la Paloma, han ido cerrando.
