El 9 de noviembre de 1947, Madrid se despidió del gran escultor valenciano Mariano de Benlliure, quien falleció repentinamente a los 85 años. En su casa de la calle José Abascal, fue amortajado con el hábito franciscano y velado en una capilla ardiente antes de ser trasladado a Valencia, su ciudad natal.
El cortejo fúnebre desfiló frente al monumento de Emilio Castelar, obra del propio Benlliure. El acto fue presidido por el ministro de Justicia, Raimundo Fernández Cuesta, y contó con la presencia de destacadas personalidades como el presidente de la Diputación, marqués de la Valdavia, y el director general de Bellas Artes, marqués de Lozoya.
En Valencia, sus restos fueron llevados a la gran Sala del Ayuntamiento, donde miles de valencianos le dieron el último adiós. El cortejo pasó por lugares emblemáticos como la plaza de la Virgen, la casa natal del artista en la calle Alta, la Escuela de Bellas Artes y la Academia de San Carlos. Finalmente, el duelo se despidió frente a la Feria Muestrario en la Alameda, y parte del cortejo siguió hasta el cementerio del Cabañal, donde fue enterrado en la tumba familiar. Testimonios de pésame llegaron de toda España y del extranjero.
Mariano de Benlliure, hijo de un modesto pintor decorador, fue introducido en el arte junto a sus hermanos Blas, José y Juan Antonio. En 1874, comenzó su carrera en la escultura de manera autodidacta en Madrid, trabajando en talleres artesanos. En 1881, viajó a Roma para perfeccionar su formación, donde se inspiró en la estatuaria clásica, renacentista, barroca y contemporánea. Desde Roma, envió sus obras a las Exposiciones Nacionales con gran éxito, y en 1895 ya tenía su propio taller en Madrid. Su obra ganó premios en exposiciones internacionales en Viena, Múnich, París, Nueva York, México, Santiago de Chile y Buenos Aires.
La obra de Benlliure es vasta y diversa, con más de 50 esculturas monumentales. Trabajó con barro, madera, mármol y bronce, mostrando una extraordinaria habilidad para modelar y cincelar.
Ocupó cargos relevantes en el mundo de la cultura y las bellas artes, y fue miembro de diversas academias en España, Italia y Francia. Recibió condecoraciones como la Legión de Honor de Francia, Comendador de la Orden de la Corona de Italia y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio de España.
