Este verano se ha reabierto después de casi dos años, la estación de Metro de la Gran Vía y con ello el templete de Antonio Palacios y el mural del metro. Un vestíbulo de 2000m2, la conexión entre las líneas 1 y 5 y el Cercanías de Sol, todas las mejoras modernas, pero también un mural cerámico de 2,12* 6.48 con más de 50 años de vida.
Dicho mural cerámico, obra del ceramista Miguel Duran-Loriga, se realizó con la llegada de la línea 5 a Gran Vía entre finales de los 60 y principios de los 70. Los azulejos representan el templete de Antonio Palacios, con el edificio de Telefónica al fondo, jugando con las tonalidades para conseguir una sensación de profundidad. Nacido en 1928, hijo del arquitecto Miguel Duran, se formó en la misma rama que su padre, pero destacó como urbanista, diseñador y ceramista. Obtuvo el titulo de Oficial Artesano en el Arte de la Cerámica en 1955 y fundó en 1952 la empresa de cerámica Alfaraz que se estableció primero en Alcalá de Henares y después en Madrid.
El Campus de Canto Blanco, 1971, Obra de Miguel Duran-Loriga Mural de Alfaraz, Mercado de Abastos, Tomelloso
Una de sus líneas de productos cerámicos estaba dedicada a la arquitectura, con diseños tanto figurativos como industriales. No solo se emplearon sus azulejos en la estación de Gran Vía, sino también en Sol, Ventas.