Desgraciadamente el barquillero es un oficio que está desapareciendo. En Madrid, en el Barrio de Lavapiés, en la calle de Amparo 25 solo queda un obrador de barquillos. Al frente del negocio, se encuentra la cuarta y quinta generación de la familia Cañas, barquilleros desde fines del XIX. De martes a viernes elaboran el producto y los fines de semana salen a venderlo Julián y José Luis Cañas, vestidos de chulapos, con sus cestas y barquilleras.
La pandemia y la legislación de venta de barquillos en la calle los tiene contra las cuerdas. Ante tal situación les ha obligado a tener que hablar con el Alcalde Martínez Almeida y así les permita volver a su rutina de trabajo. Antes tenían permiso de venta callejera en parques y jardines. Sin embargo, con el Alcalde Gallardón, llegaron las restricciones a solo cinco puntos concretos de venta: la Almudena, Preciados, Plaza de Cascorro, Plaza Mayor y El Retiro.
De todos los productos que producen, los más vendidos y tradicionales son las obleas y el parisien que se elaboran de forma artesana con receta familiar. Sus mejores clientes son los turistas de provincias que identifican los barquillos con lo más castizo de Madrid y se hacen fotos con los barquilleros.
Donde se encuentra este famoso obrador
Este famoso obrador de tan solo 10m2 , está escondido en un patio de corrala, en un edificio de vecinos rodeados de alojamientos turísticos. En él, elaboran sus dulces de manera clásica utilizando como ingredientes principales: la harina, el azúcar, aceite, esencia de canela, vainilla, limón, usando los moldes y la sabiduría de sus antepasados. Poseen 18 barquilleras.
Como hemos mencionado con anterioridad, de martes a viernes de 9 a 14 horas, venden en su obrador al público, pero también sirven a hornos tan afamados como San Onofre, y a hoteles de lujo. De entre tantas historias y experiencias que cuenta la familia Cañas, nos quedamos con el encuentro que tuvieron una vez con el rey Juan Carlos I en el Retiro donde le dijo a la reina: «Toma, Sofi, que de esto no tenéis en tu país».
Con este post queremos no solo dar a conocer uno de los oficios más castizos de Madrid sino también, hablar de la familia Castaño que lucha día y noche para que las tradiciones populares, propia de nuestra cultura no desaparezcan.