Habías oído alguna vez hablar de la historia de las Juanolas, mejor dicho, «pastillas juanola» para dolores de garganta, carraspeo, producto popular que todos conocemos. Conocidas por ser diminutas pastillitas para chupar, sus principales componentes eran a base de extracto de regaliz, mentol, eucalipto, fécula de maíz y aceites esenciales, las cuales se venden en las farmacias españolas desde1900. El boticario, Don Manuel Juanola Reixach las inventó en su farmacia del barrio de Gracia en Barcelona.
Se comenzaron a comercializar con el boca a boca ,y llegaron a venderse más de 100.000 unidades. A su vez, Manuel realizó una campaña de marketing y publicidad enviando muestras a cientos de personas para dar a conocer su invento, sobre todo a cantantes, locutores, dependientes… Fue pionero en el cine publicitario en España proyectando imágenes fijas de sus pastillas y sus aplicaciones.
Vivió un momento critico en plena Guerra Civil cuando se intentó cerrar el laboratorio. Sin embargo, gracias a la presión popular de vecinos y clientes fieles, solo cerró unos meses y fue por la escasez de aluminio con el que se fabricaba la cajita, así que la sustituyó por otra de corcho y papel prensado.
En 1950 el éxito era tal que contaba con una red de representantes de venta en toda España. El eslogan «contra la tos, aclaran la voz y refrescan la boca», pronto se hizo popular, viéndose en marquesinas, cabinas de teléfono, cuñas de radio, salas de cine, etc. Sin invertir mucho en publicidad, su beneficio fue enorme debido a que la gente era quien difundía su producto.
En los años 60 y 70 da un golpe de efecto con las cajas coleccionables, de plástico de muchos colores, que hace que niños y adultos compren cajas a ver qué color les ha tocado al abrir la de cartón donde estaba la de plástico. La repercusión fue tal que incluso escribían a los laboratorios para pedir las cajas que les faltaban. En los años 90 volverá a ser roja y metálica, y más tarde roja y de plástico.