El Café Gijón cumple un año más, y en Callejearte Madrid queremos contarte su fascinante historia. En mayo de 1888, Gumersindo García, un indiano de origen asturiano, invirtió el dinero ganado en La Habana para montar un modesto local en España. Eligió ubicar el café lejos del bullicioso centro, donde proliferaban los establecimientos, especialmente en la Puerta del Sol.
Así nació el Café Gijón en el Paseo de Recoletos, 21, nombre elegido por nostalgia. Su proximidad al Paseo de Recoletos y al bulevar, donde los madrileños solían pasear y disfrutar de horchata, agua de cebada y zarzaparrilla en los días de verano, aseguró el éxito de su terraza, instalada frente al local.
Poco a poco, comenzaron a surgir tertulias en sus mesas de mármol negro, donde se discutía de política, toros y sucesos luctuosos. En estas mesas se reunían cómicos, poetas y pintores. Personajes ilustres como Valle-Inclán, Pérez Galdós, García Lorca, Gerardo Diego y Buero Vallejo, entre otros, así como pintores de la Escuela de Vallecas, la Escuela de Madrid y el grupo «El Paso», eran asiduos.
En 1914, el café fue traspasado al peluquero Benigno López. Su viuda, Encarnación, se convirtió en el alma del Café desde 1970, atrayendo a una clientela ilustre. En 1963, como novedad, se incorporó un restaurante en el sótano llamado «La Cripta Embrujada», forrada de madera de roble americano.
El Café Gijón no ha perdido su esplendor; el mismo talento, ingenio y creatividad se palpan en el ambiente. Aunque ya no hay humo de cigarros, los cuadros y retratos del pintor José Márquez, que representan a los tertulianos habituales como Francisco Umbral, César González Ruano, Severo Ochoa, Raúl del Pozo, Francisco Rabal y Fernando Fernán Gómez, nos acompañan.
La terraza, situada en pleno Paseo de Recoletos, es otro de los rincones emblemáticos del Café, conservando las sillas de hierro forjado originales y las mesas de mármol.
Desde Callejearte Madrid, deseamos larga vida al Café Gijón y que siga siendo un refugio de literatura, arte, teatro y vida.