En esta instantánea, revivimos la Quinta del Sordo, una extensa finca y casa de campo en Carabanchel Bajo, donde Goya pasó sus últimos años en España antes de su exilio en Burdeos, y donde se encontraron las famosas Pinturas Negras.
El nombre de la finca no alude a sordera, sino a su anterior dueño. Parte de la casa fue demolida en 1909, y anteriormente en 1876 se eliminó el ala que contenía las Pinturas Negras
Goya adquirió la villa el 27 de febrero de 1819 de su anterior dueño, Pedro Marcelino Blanco, quien era sordo. Residió allí hasta su exilio en mayo de 1824, transfiriendo la propiedad a su nieto Mariano. Durante su exilio, se refugió en la casa del canónigo José Duaso y Latre, a quien dedicó un retrato en agradecimiento.
Las razones de la compra de Goya son objeto de especulación; se dice que debido a sus ideas liberales, quería alejarse de la corte absolutista de Fernando VII, o tal vez para vivir discretamente con Leocadia Zorrilla de Weiss, madre de sus supuestos hijos, aunque oficialmente eran ama de llaves y ahijada.
Cuando cayó el Trienio Liberal en 1823, Goya huyó de la represión y se exilió en Burdeos en 1824, donde falleció cuatro años después.
La Quinta estaba ubicada cerca del Puente de Segovia, rodeada de huertas y casas de campo aisladas. La casa, de factura sencilla, es famosa por las Pinturas Negras realizadas directamente sobre las paredes.
En 1859, la propiedad fue vendida, y las pinturas murales de Goya, convertidas en cuadros, fueron donadas al Museo del Prado en 1881.
La casa permaneció abandonada y fue demolida en 1909 debido a su deterioro. En 2016 se propuso realizar una prospección arqueológica en el lugar donde estuvo la Quinta de Goya


