Los cines de barrio son testigos mudos de nuestra historia cinematográfica, lugares donde generaciones enteras se sumergieron en el mundo mágico del séptimo arte. Entre estos templos del cine, el Cine Carretas ocupó un lugar especial en el corazón de los madrileños desde su inauguración el 7 de junio de 1935.
Con una función inaugural que incluyó películas emblemáticas como «Pichi: tienda de juguetes», «Primavera», «Oeste Domado» y «Ríe, caballo, ríe», el Cine Carretas abrió sus puertas con una programación variada que atrajo a espectadores de todas las edades. Ubicado en un antiguo patio de vecinos con acceso a tres calles principales, este cine se convirtió en un punto de encuentro para los amantes del cine de la época.

Con un aforo de 1.467 localidades y equipado con cuatro proyectores de la marca Ossa, el Cine Carretas ofrecía sesiones continuas desde la mañana hasta la noche, brindando entretenimiento accesible a un amplio público. Incluso durante los tiempos turbulentos de la Guerra Civil, este cine continuó operando, convirtiéndose en un refugio para aquellos que buscaban un respiro de la realidad.

A lo largo de los años, el Cine Carretas fue testigo de numerosos récords de asistencia y momentos memorables en la historia del cine madrileño. Sin embargo, con el paso del tiempo, el deterioro físico y la evolución del público llevaron al cierre de este emblemático cine en julio de 1995. A pesar de su cierre, el Cine Carretas dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de quienes lo frecuentaron.
Tras su cierre, el antiguo cine fue sometido a una transformación y se convirtió en una sala de bingo, cambiando su destino pero conservando parte de su legado. Aunque su nombre desapareció de la fachada y su función original como cine llegó a su fin, el Cine Carretas sigue siendo recordado por las películas que proyectó y las historias que albergó.
Con películas como «Indio, la gran amenaza» y «Con la poli en los talones», el Cine Carretas cerró sus puertas, pero su legado perdura en la memoria de aquellos que lo visitaron y disfrutaron de la magia del cine en su interior.