En la calle Mayor, 10, muy cerca de la Puerta del Sol, se encuentra uno de los comercios más bonitos de Madrid, un tanto peculiar; la pastelería El Riojano. Fue en 1885 cuando Dámaso Maza, pastelero de la reina regente María Cristina, decidió abrir un negocio propio y contó con la ayuda de la reina.

Los mejores artesanos de Palacio se encargaron de la decoración del local. Cada detalle es único, desde sus techos estucados, sus lámparas de estilo isabelino, apliques de bronce, mostradores de caoba de tal tamaño que se hicieron dentro del local para evitar ser robados, bronces, mármoles, anaqueles, vitrinas, tarima en el suelo, etc. Dentro del local empleaban vajillas de lujo para exhibir todo tipo de postres como: bartolillos, pestiños, azucarillos, roscas listas y tontas, pastas del Consejo, que eran las preferidas de los diputados del Congreso, corona de la Almudena, Roscones de Reyes, buñuelos… dulces estacionales que son irresistibles para cualquier paladar.

Dámaso proyectó un rincón recoleto con dos veladores para clientes habituales y selectos, que en los 90 del siglo XX, se convirtió en un coqueto salón de té que fue ampliando su capacidad sin perder su esencia de origen. En el Riojano podemos degustar estas exquisiteces con un chocolate o un café, mientras vemos el famoso «samovar» de metal repujado, las antiguas cajas registradoras, la báscula y moldes para chocolate y bizcochos.

Ya han pasado 136 años desde que el Riojano abrió sus puertas y no ha dejado de atraer a propios y forasteros. Ni siquiera la pandemia ha conseguido cerrar sus puertas. A pesar de que Dámaso no tuvo hijos, para asegurar la continuidad del negocio, decidió pasar la pastelería a sus dos maestros pasteleros, y estos unieron en matrimonio a sus hijos para que el Riojano se mantuviera vivo y ofreciendo lo mejor de sus dulces. Tras siete generaciones, hoy lo regentan dos empleados que lo recibieron de sus antiguos jefes por falta de descendencia.

Callejearte Madrid te propone un recorrido por los comercios centenarios de la calle Mayor, donde disfrutar de espacios tan hermosos como El Riojano y sin duda probar alguna de sus exquisiteces.