Ubicada en una calle de curioso nombre, Desengaño, que esconde una fascinante leyenda, se encuentra la Droguería Riesgo, con su hermosa portada de madera noble. Esta tienda comenzó su actividad en 1866.
El catalán Rafael San Jaume Riera obtuvo la concesión para explotar las plantas medicinales de la Casa de Campo y del Jardín Botánico, propiedades de la Corona, y decidió abrir una tienda para vender estos productos.
En 1921, un asturiano de Luarca, Manuel Riesgo, tomó las riendas del negocio. Limitó los productos de herbolario y comenzó a vender productos químicos para laboratorios, como reactivos y útiles de bellas artes: pigmentos, barnices, y otros artículos, llegando a tener actualmente más de quince mil productos. Al entrar, los visitantes se encuentran con casi quinientos cajones de madera original con rótulos cerámicos que indican el producto que contienen, vitrinas llenas de productos, y un mostrador de madera desde el que se puede divisar el bonito pueblo marinero asturiano, Luarca, donde están los orígenes de la familia Riesgo.
Se venden productos tan curiosos como esperma de ballena, pigmentos como el cobalto, y venenos como el arsénico. El nombre del comercio, Riesgo, es muy apropiado debido a la peligrosidad de algunos de los productos. Por esta razón, todos los productos pasan un estricto control de industria, drogas y explosivos, y los clientes deben mostrar su DNI. Además, todas las compras son registradas por video. Los dependientes, con su vasta experiencia, aconsejan a los clientes, lo que resulta en un enriquecimiento mutuo.
