El 2 de marzo de 1916, en Nueva York, el poeta Juan Ramón Jiménez se casaba con Zenobia Camprubí, una joven catalana-puertorriqueña moderna y brillante. Tres meses después, el 1 de julio, la pareja regresaba a España e iniciaba su vida conyugal en Madrid, en el número 16 de la calle Conde de Aranda.

Fruto de ese viaje transatlántico y del contacto con una ciudad que le fascinó y repelió a partes iguales, Juan Ramón publicaría poco después una de sus obras clave: “Diario de un poeta recién casado”, una pieza literaria de ruptura que marca un antes y un después en su carrera. Para él, Nueva York representaba una civilización mecanizada, sin alma, alejada de los valores espirituales y estéticos que defendía. A pesar de su paso también por otras ciudades como Boston, la experiencia americana fue, para el poeta de Moguer, profundamente perturbadora.
Muy distinta fue la visión de otros artistas que pasaron por la ciudad en esa época. El músico Enrique Granados encontró en Nueva York una plataforma para su obra, hasta que la tragedia lo alcanzó con el hundimiento del Sussex en 1917. Federico García Lorca, por su parte, captó en Poeta en Nueva York la energía desgarradora y la brutal belleza de la metrópoli moderna.
Pero si alguien merece su propia historia es Zenobia Camprubí. Mucho más que la esposa del Nobel, Zenobia fue una de las grandes mujeres de su tiempo: feminista, pedagoga, periodista, emprendedora, profesora universitaria, y alma logística e intelectual del legado de Juan Ramón. Lo acompañó durante su vida y en el exilio, y sin su apoyo, su obra difícilmente habría llegado tan lejos.

Nacida en 1887 en Malgrat de Mar, educada entre Barcelona y Estados Unidos, Zenobia era cosmopolita, culta, lectora precoz y autodidacta. Apodada “la americanita”, escribió en revistas desde niña, se formó en historia, música, latín y literatura, y entró en contacto con el feminismo estadounidense. En 1913 conoció al poeta en la Residencia de Estudiantes y decidió acompañarlo —personal y profesionalmente— para siempre.

Juan Ramón, genio torturado y neurasténico, encontró en ella un ancla. Él la llamaba su “llama viva”. En 2020, Emilia Cortés publicó una biografía que al fin reivindica a Zenobia como protagonista: “Zenobia Camprubí. La llama viva” (Alianza Editorial). Una figura fundamental del siglo XX español, que merece toda nuestra atención.