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La Trayectoria Artística de Miguel Tadeo: Un Pintor en Madrid

“—hoy por hoy sigo en Madrid, sigo pintando y, aunque sé que poco importa, para mí es suficiente.”

Con esas palabras se expresa el joven pintor de Logroño, Miguel García Carpintero, cuyo nombre artístico es Miguel Tadeo. “Pinto en Madrid, en una estancia no demasiado amplia que sirve al mismo tiempo de salón-comedor y de estudio: un espacio donde se mezclan las especias utilizadas para cocinar y la trementina, bajo la luz fría que suele bañar los cuadros, los platos y el sofá”.

Haciendo suyas las palabras de Andrew Wyeth: “Soy un fanático de la pintura. Debería constituir una narración eficaz, razonada, atemporal y mistérica. Quizá por eso disfruto del desnudo: la ausencia de ropa y de elementos decorativos impide situar la imagen en el tiempo y subraya la fragilidad del ser humano”.

Miguel se empeñó en recibir clases de dibujo porque entendía que debía estudiar Bellas Artes, pero suspendió la prueba de acceso a dicha carrera. Tuvo que reinventarse, cambiar el rumbo, y cursó estudios de Restauración de Bienes Culturales y Documento Gráfico. Estos estudios le regalaron conocimiento técnico e intimidad, ya que a los restauradores les está prohibido hacer uso de habilidades artísticas; deben ser fieles a la obra y a su creador.

Conocimiento técnico e intimidad fueron los pilares sobre los que apoyó su caballete. A los 24 años presentó sus obras en un certamen nacional de pintura y conoció a Antonio López. Se entabló una amistad que dura hasta hoy, fundamental para disipar sus dudas: “debía pintar”.

Empezó autorretratándose en todas las posiciones posibles a partir de estudios fotográficos previos, y con el tiempo otros modelos, musas, amigos y conocidos fueron cobrando vida o perdiéndola en sus cuadros.

Miguel Tadeo no usa bastidores manufacturados; él mismo tensa la tela, la fija y aplica su propia imprimación. Lo mismo sucede cuando el soporte es tabla, utilizando técnicas de antaño. Los métodos antiguos atesoran siglos suficientes como para dar fe de su durabilidad. No hay intermediarios; solo desea ofrecer una verdad sin artificios, la libertad de expresar sin opinar.

Hoy puedes disfrutar de su obra en la Casa de Vacas hasta el 28 de julio. ¡No te la pierdas!

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