Eduardo Chicharro Agüero, uno de los más grandes pintores de su época, destacó por su habilidad en el dibujo y el uso del color. Formado en la Escuela de San Fernando, fue discípulo de destacados artistas como Carlos de Haes, Alejo Vera, Luis de Madrazo, Jaime Morera y José Moreno Carbonero, y compartió el estudio con el renombrado Joaquín Sorolla.
Amplió sus estudios como pensionado en Roma y viajó por Francia y Holanda. Participó en numerosas exposiciones nacionales y extranjeras, siendo reconocido con varias medallas, incluyendo una medalla de oro en la Nacional de 1899 por su obra «Las uveras», y otra en 1904 por «Armida». Además, obtuvo medalla de honor en la edición de 1922. Su talento también fue reconocido internacionalmente, ganando el primer premio en exposiciones en Lieja, Múnich y Barcelona en 1908.
En 1910, fundó la Asociación de Pintores y Escultores (APE), siendo su primer presidente, y en 1920 se estableció el Salón de Otoño. Chicharro también ejerció como director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, sucediendo a Ramón de Valle-Inclán, y se trasladó con su familia a Roma, donde permaneció hasta 1925. Es importante mencionar que fue padre del pintor y poeta vanguardista, Eduardo Chicharro Briones.