El mundo del arte lamenta la pérdida de Frank Stella, quien falleció en su hogar de Nueva York a los 87 años. Con su partida, nos despedimos de uno de los más destacados exponentes del arte contemporáneo, cuya obra desafiante e innovadora dejó una marca indeleble en la historia del arte.

En una época dominada por el expresionismo abstracto de figuras como Pollock y Rothko, Stella irrumpió con una propuesta visualmente impactante y única. Su técnica distintiva de «pinstriping», caracterizada por líneas negras finas sobre lienzos blancos, cautivó a la crítica y al público por igual, generando un verdadero furor en el mundo del arte.

Desde una edad temprana, Stella se sumergió en el mundo de la abstracción, desarrollándose de manera natural y sin traumas artísticos. Antes de cumplir los 25 años, ya era reconocido como uno de los grandes talentos del arte contemporáneo, y su carrera continuó en ascenso a lo largo de seis décadas.

Sus «Black Paintings» desafiaron a los artistas establecidos de la época, abriendo las puertas al movimiento del «Minimalismo». Reconociendo su deuda con el expresionismo abstracto, Stella buscaba ser más directo y radical en su expresión artística, buscando crear obras que generaran un impacto visual inmediato y comprensible para el espectador.

A lo largo de su prolífica carrera, Stella experimentó con el color y las formas, explorando nuevas técnicas y estilos. Desde sus obras geométricas hasta sus «Shaped canvases», donde desplegaba formatos caprichosos y cada vez más grandes, el artista desafió las convenciones y expandió los límites del arte.

En la década de 1960, Stella se embarcó en el ambicioso proyecto «Protractor», creando pinturas de grandes dimensiones compuestas por semicírculos superpuestos de colores vibrantes. Su actividad artística frenética dio lugar a más de 10.000 obras, y hacia finales de los años 70, el artista incursionó en la producción de piezas tridimensionales, conocidas como «construcciones barrocas», cada una más rica y brillante que la anterior.

Con una estética seria y concienzuda, Stella creó un festival ultrabarroco que fusionaba influencias del arte clásico y contemporáneo. En los años 80, se dejó guiar por la música y la literatura, inspirándose en la obra de Moby Dick para crear una serie escultórica que parecían maquetas arquitectónicas.

En su última gran exposición en el Whitney Museum en 2016, Stella demostró una vez más su genio creativo, exhibiendo más de un centenar de obras que ocuparon 560m2 del prestigioso edificio de Renzo Piano. A través de su trabajo, Stella desafiaba las convenciones del arte tradicional, redefiniendo la pintura como una superficie plana con pintura por encima, y dejando un legado perdurable en el mundo del arte contemporáneo.

Con la partida de Frank Stella, el mundo pierde a un visionario artista que trabajaba con maestría y dedicación, llenando nuestras vidas de color y formas perfectas, como un tributo a la propia naturaleza. Su legado perdurará en el tiempo, inspirando a las generaciones futuras a explorar nuevas fronteras en el arte y la creatividad.