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Descubre la Historia del Palacio de Neptuno en la Calle Cervantes 42

El Palacio Neptuno ocupa un lugar destacado en la historia de Madrid, formando parte del antiguo Palacio del Duque de Medinaceli, una joya arquitectónica de la época de los Austrias mandada construir por el Duque de Lerma en el siglo XVII.

Este magnífico palacio, junto con sus extensos jardines y dependencias, ocupaba una enorme manzana en el corazón de la ciudad, entre la Carrera de San Jerónimo, el Paseo del Prado y diversas calles emblemáticas. Popularmente conocido como el Palacio del Prado, fue la residencia del Rey Felipe V en su momento.

En 1653, con el matrimonio de Catalina de Aragón y el Duque de Medinaceli, el palacio pasó a formar parte del patrimonio de la Casa de Medinaceli, cambiando su nombre por el de «Palacio de Medinaceli».

Tras la muerte del quincuagésimo duque de Medinaceli en 1873, el palacio quedó abandonado y, finalmente, fue demolido en 1910. En su lugar se erigieron diversos edificios, destacando el Hotel Palace de Madrid, inaugurado en 1912 como el hotel más grande de Europa.

El Palacio de Neptuno, vecino de la famosa Basílica de Jesús de Medinaceli, fue reformado con materiales nobles para recuperar su antiguo esplendor y convertirse en un espacio ideal para eventos y actos institucionales en la capital.

La Vidriera

Uno de los aspectos más destacados del palacio es su impresionante vidriera artística, considerada una de las más bellas de España. Obra del famoso artista Manuel Ortega, conocido por sus trabajos en la Catedral de la Almudena, esta vidriera es una verdadera obra maestra.

La vidriera, ubicada a 12 metros sobre el suelo y con una superficie de 14 x 6 metros, representa diferentes momentos de la vida del dios Neptuno, inspirados en la mitología romana y griega. Desde su nacimiento hasta sus esponsales, cada panel cuenta una historia fascinante.

El Artista

Manuel Ortega, nacido en Madrid en 1921, fue un pintor, escultor y muralista de renombre internacional. Estudió en la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde recibió numerosos premios y reconocimientos.

Con más de doscientos murales y vidrieras en su haber, Ortega dejó un legado artístico invaluable en España y en el extranjero. Su habilidad para combinar geometría y creatividad lo convirtió en uno de los artistas más importantes de su época.

Fallecido en Madrid a los 92 años, Manuel Ortega dejó una marca imborrable en el mundo del arte, siendo recordado por sus obras en museos, iglesias, palacios y otros lugares emblemáticos de todo el mundo.

Descubre la belleza y la historia del Palacio de Neptuno en la Calle Cervantes 42, una joya arquitectónica que sigue cautivando a visitantes y residentes por igual.

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