El cierre de la Papelería-Librería Romo, un ícono del barrio de Prosperidad, marca el fin de una era en Madrid. Con casi 40 años de historia, este establecimiento no ha podido resistir la presión de las grandes superficies, las ventas online y los cambios en los hábitos de consumo.
Un punto de encuentro que desaparece
Las librerías y papelerías de barrio han sido espacios esenciales para la comunidad, proporcionando no solo material escolar y libros, sino también un lugar de encuentro para vecinos, profesores, escritores y lectores. Sin embargo, la llegada de los dispositivos electrónicos a los colegios y la expansión de las grandes superficies han provocado la desaparición progresiva de estos negocios tradicionales.
Ubicada cerca de la Plaza de la Prosperidad, Romo ha sido un referente en la zona, que antaño era periferia y hoy es una de las áreas más cotizadas de la capital. Su cierre simboliza el avance imparable de los pisos turísticos y la transformación del barrio.

El mensaje de despedida de Gemma
Su actual propietaria, Gemma, quien tomó el relevo del fundador Heliodoro Romo, anunció el cierre con un emotivo mensaje en redes sociales:
«Buenas tardes, con mucho dolor en mi corazón y después de muchas noches sin dormir, he de informar que Papelería Librería Romo cierra sus puertas después de 38 años abierta. Las ventas online, bazares, grandes superficies y colegios que venden libros y materiales hacen que la supervivencia sea muy difícil».
«La tienda, además de ser un negocio, es un punto de encuentro para amigos, vecinos y clientes que siempre entran a saludar o a charlar, lo que hace que los negocios de barrio se conviertan en grandes familias gracias al trato personal y cercano».
Consciente de la difícil situación económica, Gemma ha decidido liquidar su stock durante las próximas semanas, con descuentos en libros y material de papelería para intentar saldar las deudas acumuladas en los últimos meses.
Un legado que se resiste a desaparecer
El testigo de las librerías de barrio aún se mantiene en otros locales emblemáticos como Onrubia o El Buscón, esta última conocida por organizar charlas y coloquios literarios. Juntas, seguirán ofreciendo sus servicios a los colegios de la zona, como el Luis Bello, el Nicolás Salmerón o el Pintor Rosales.
El cierre de Romo es un recordatorio de la importancia de apoyar el comercio local, que no solo ofrece productos, sino que construye comunidad y da vida a los barrios.