
En una visita al Museo Picasso de Málaga en 2016, me topé con una obra de Hilma af Klint (1862-1944), una artista cuya historia merece ser contada. Af Klint, poco conocida pero fundamental en la historia de la abstracción, anticipó con su obra muchos de los planteamientos del movimiento abstracto, incluso antes de Kandinsky. Aunque sus logros permanecieron ocultos durante décadas, hoy se le reconoce como la pionera de un lenguaje artístico que mezcló geometría y misticismo.

Los Secretos de Hilma af Klint
Fue en los años 60, cuando un sobrino encontró en los baúles de su tía 1300 cuadros y 26,000 páginas de notas organizadas, que se empezó a entender la magnitud de su legado. Cinco años antes de que Kandinsky publicara De lo espiritual en el arte, af Klint ya creaba la serie Retablos (1915), que podemos ver hoy en el Museo de Estocolmo.
Af Klint estudió arte en la Universidad de Estocolmo, luego en la Real Academia, siendo una de las pocas mujeres admitidas. Su vida estuvo marcada por el dolor de pérdidas familiares, lo que la impulsó a explorar lo espiritual y esotérico. Hacia 1906, comenzó a plasmar sus visiones en Pinturas para el templo, una serie de 193 obras realizadas en apenas seis años. Su rol como cuidadora de su madre también influyó en su producción, obligándola a reducir sus grandes pinturas a miniaturas, creando una suerte de museo portátil.

Su Legado Oculto y Redescubrimiento
El filósofo Rudolf Steiner aconsejó a Hilma que esperara 50 años tras su muerte para mostrar su obra, asegurándole que sus contemporáneos no entenderían su innovadora combinación de geometría y misticismo, menos aún siendo una mujer. Hilma lo aceptó y falleció a los 82 años, pidiendo que sus pinturas quedaran ocultas por al menos dos décadas.
En 1986, algunas de sus obras fueron finalmente exhibidas en Los Ángeles, y en 2018 el Guggenheim de Nueva York le dedicó una gran exposición. Con más de 600,000 visitantes, se convirtió en la muestra más concurrida en los 60 años de historia del museo, marcando un hito en la valoración de su obra.

Un Universo de Formas y Símbolos
Hilma af Klint creó un imaginario único poblado de círculos, óvalos, espirales, cisnes, rosacruces y símbolos masónicos. Creía que estas formas puras nos liberan de prejuicios y nos permiten conectar con nosotros mismos. Hoy, su obra nos invita a explorarnos y conocernos desde una mirada espiritual y abstracta.
