Un Dos de Mayo diferente, sin posibilidad de acercarnos a la Puerta del Sol a rendir homenaje con una corona de laurel a los que se enfrentaron con valentía ante la fachada de la Real Casa de Correos, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, o acercarnos a la ribera del Manzanares, junto a la Ermita de San Antonio de la Florida, al pequeño cementerio donde están enterrados los 43 héroes que fueron fusilados en la madrugada del 3 de mayo de 1808. Pasear por el Prado y acercarnos al Obelisco que recuerda a estos héroes y a la tumba del soldado desconocido cuyo fuego siempre arde. Todos estos paseos que no podemos hoy realizar, no nos hacen olvidar aquella gesta de los madrileños en particular y de todos los españoles en general que se enfrentaron al invasor, como hoy nos enfrentamos a la pandémia del coronavirus, y también, como aquella vez, saldremos airosos y triunfantes, y volveremos a nuestras calles y plazas, a recorrerlas y disfrutar del sol y de su gente….