Un martes, 4 de mayo de 1915, ardía el Palacio de Justicia de Madrid. Era la una de la tarde, a punto de comenzar las vistas en la Audiencia y el Tribunal Supremo cuando se oyeron voces de alarma, estallan cristales y surgen columnas de humo y resplandores rojizos.. Los guardias del edificio se afanan en salvar enseres, evacuar personas y apagar el fuego. Los primeros en auxiliar fueron los «Boy Scouts» que tenían su sede cerca, más tarde, bomberos del parque de Santa Engracia, la brigada obrera y topográfica de Estado Mayor. La Guardia Civil acotaba el edificio, poniendo en seguridad los presos pendientes de juicio. Las mujeres niños que vivían en las casas de servicio del Palacio fueron albergados en casas de vecinos.
La violencia de las llamas hizo temer en una explosión de gas, por lo que se suspendió el suministro. El fuego alcanzo la iglesia interior del Palacio, se afanaron en sacar los objetos de valor.
RUTAS CALLEJERAS POR EL BARRIO DE RECOLETOS