El primer Teatro Romea tuvo corta vida, tan sólo tres años de 1873-1876, construido por el arquitecto Francisco Verea en la calle Colegiata, era un teatro pequeño, bien adornado aunque estrecho en todas sus dependencias que fue muy popular, pero un incendio lo destruyó el 3 de abril de 1876, a pesar del sistema de claraboyas cilíndricas en la cubierta rematadas por rejillas en toda la altura del edificio y de bocas de extinción bajo el escenario .
Años después en el nº 14 de la calle Carretas donde antes estaba el Café-Teatro Infantil, se inauguró en 1890 un nuevo Teatro Romea que en 1914 se reformó por Luis Sainz de los Terreros y fue derribado en 1935.
El nuevo de la calle Carretas, se publicitaba en la prensa con este anuncio, » gasto del real y medio en el café se regala un billete para una función».
La recuperación del Romea se debio al empeño del violinista Leopoldo Marco, se dedicaría al «género chico» y al teatro por horas, sobre todo fue el espacio donde la pareja cómica Loreto Prado y Enrique Chicote se presentaron juntos por primera vez en 1898.
El empresario José Campúa hizo algunas mejoras en la decoración en 1920, pero en 1934 fue expropiado y finalmente derribado ante la ampliación de la plaza de Jacinto Benavente, desapareciendo también la antigua Bolsa de Madrid y la Aduana Vieja.
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