LA MISTERIOSA MUERTE DEL GENERAL PRIM. 27 DE DICIEMBRE DE 1870.

Este fue el primer atentado a gran escala contra un presidente del gobierno, inauguró otros tantos, una tendencia que se repitió en años posteriores, un crimen aún sin resolverse, se desconocen las manos ejecutoras, quien ordenó dirigir los trabucos contra el presidente del Gobierno provisional instaurado tras la Gloriosa que expulsó a Isabel II.
Era un 27 de diciembre, faltaban unos días para que el futuro rey, Amadeo de Saboya llegara a España, una elección que causó tensión entre partidos y altos cargos que veían peligran su posición, El general Prim era diana de odios, recibiendo amenazas y teniendo que doblar su escolta, aunque él no se tomaba en serio aquellas advertencias. Aquel día se dirigió a las Cortes como siempre donde se iba a decidir el presupuesto destinado al nuevo rey.
A las seis y cuarto, terminada la sesión, Prim se encaminó al Palacio de Buena Vista, sede del Ministerio de Guerra, ubicado en la calle Alcalá. El recorrido era breve, calles de Floridablanca, del Sordo ( actual Zorrilla) y del Turco (actual Marqués de Cuba). Había nevado y el frio se palpaba en el ambiente, cuando entró en la calle del Turco, dos berlinas bloqueaban el camino, varios hombres embozados y con trabucos, rodearon el coche del general, rompieron los cristales y comenzaron a disparar.
«Bájese usted, mi general, que nos hacen fuego» esas fueron las palabras de su ayudante. Ya era tarde para Prim.

Hace poco, unos investigadores españoles al hacer autopsia a su momia, determinaron que no había muerto por las heridas de bala, sino por estrangulamiento «a lazo», realizado por los que él creía sus amigos, pero que sólo buscaban arrebatarle el poder.
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