Desde el 17 de octubre al 21 de enero, el Museo Thyssen propone un diálogo entre las obras de dos grandes maestros de la pintura, Toulouse-Lautrec y Picasso. No se conocieron, cuando Picasso llego a París en 1900, y se instaló definitivamente en 1901, Lautrec ya estaba muy enfermo y en Albi, muriendo poco después, pero el eco de su innovadora obra dejó tal impronta, que un joven Picasso se sintió fascinado y su producción de los primeros años en Paris, es una continuación y un guiño constante a la obra del francés. Los mismos temas, las mismas técnicas, los mismos encuadres, el uso de la línea sinuosa, de los colores planos. Hasta 1907, año que irrumpe con su lenguaje protocubista, Picasso se dejo llevar por el influjo de Lautrec..

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