Diego de León y Navarrete, González de Canales y de Valdivia (I conde Belascoaín, teniente general, Virrey de Navarra. Hijo del marqués de las Atalayuelas, nació en Córdoba en 1807 y en 1822 ingresó en el ejército como capitán y fue ascendiendo grados por su valentía y comportamiento heroico en la Primera Guerra Carlista, recibiendo la Cruz Laureada de San Fernando y por su triunfo en los campos de Grá, en Cataluña, la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica. Participó con éxito en la Batalla de Mendigorría, y tomó Belascoain en 1838, lo que le valió el título de Conde de Belascoain
En octubre de 1838 fue nombrado virrey de Navarra y en 1840 fue nombrado capitán general de Castilla la Nueva. Como era miembro del Partido Moderado, a la caída de la regente María Cristina de Borbón durante el reinado de Isabel II, marchó al exilio en Francia.
En 1841, se unió al alzamiento moderado de O’Donnell contra Baldomero Espartero. Intentó el asalto al Palacio Real, pero fracasó. Siendo detenido cerca de Colmenar Viejo, sometido a Consejo de Guerra y condenado a muerte. El regente Espartero fue inflexible y rechazó las peticiones de indulto.
El 15 de octubre de 1841 fue fusilado a las afueras de Madrid. Desde la prisión fue trasladado al lugar de la ejecución, a las afueras de la ciudad. El general Diego de León, que vestía su uniforme de gala, solicitó permiso al oficial que mandaba el piquete de ejecución para poder dar él mismo las órdenes reglamentarias. Una vez leída en presencia del reo la sentencia sumarísima que lo condenaba a muerte, y antes de dar él mismo la orden de abrir fuego, les dijo a los soldados: «No tembléis, al corazón.»
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