Madrid es una de las capitales que gozan de abundancia de aguas, arroyos y manantiales que fueron canalizados desde época musulmana creando los famosos «viajes del agua» que las hacían llegar hasta numerosas fuentes. Una de ellas es la conocida como la Fuente de Puerta Cerrada. Recogía el agua del Abroñigal y servía sólo a los vecinos de la zona, quedando prohibidos a los aguadores su licencia y su uso. La Fuente ocupaba el mismo espacio que la primitiva fuente de Diana, construida en 1618 hasta que fue demolida en 1849 y se construye la nueva fuente.
El ornato superior de la diosa Diana cazadora, hoy lo podemos contemplar en la Fuente de la Cruz Verde, entre las calles de Segovia y la de San Justo.

La nueva fuente de Puerta Cerrada es de piedra berroqueña y se remata en una farola. Los caños permanecían cerrados y se abrían mediante un mecanismo de presión, toda una novedad en la época
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