El día 17 de noviembre de 1945, a instancias del entonces Duque de Alba, se reunieron en la antigua Sacramental de San Isidro de Madrid los doctores Blanco Soler, Piga Pascual y Pérez de Petinto, para proceder a la exhumación y estudio de los restos de la Duquesa María del Pilar, Teresa, Cayetana de Alba, fallecida en 1802. La leyenda apuntaba, ya desde la opinión del mismo Carlos IV, hacia una muerte por envenenamiento ordenada por sus enemigos políticos e incluso, tal vez, por la propia Reina María Luisa.

Pero los doctores demostraron la ausencia total de huellas de venenos, minerales o vegetales. De todos los datos que ofrecen, sin embargo, el fundamental para nosotros reside en la existencia de claras lesiones específicas tuberculosas, que explican perfectamente la causa real de la muerte de la Duquesa.
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