En una Sevilla que había dejado de ser la brillante ciudad de otros tiempos, asolada por la peste y la pérdida del monopolio del comercio indiano, Sevilla vivía en situación de pobreza, pero la Iglesia era rica y procuró al pintor un nº importante de encargos para Hospitales, Ordenes religiosas, conventos e iglesias.

Pintor formado en el naturalismo evolucionó al barroco pleno y decorativo, anticipando el rococó, figura central de la escuela sevillana, creó junto a otros pintores la Academia del Dibujo, situada en la Lonja.
El Museo del Prado posee una magnífica colección del pintor sevillano, desde sus comienzos a su esplendida madurez
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