Una bonita leyenda e imagen que muchos madrileños no conocen. Se trata de una pintura mural realizada en el siglo XI por encargo del rey Alfonso VI el Bravo, tras conquistar Madrid, oyó de la peregrina leyenda de una imagen de María oculta en la muralla, y prometió que si conquistaba Toledo, volvería a recuperarla. Pero mientras, la antigua Iglesia de Santa María de la Vega, convertida en Mezquita Mayor durante la ocupación musulmana y de nuevo cristianizada en templo católico, necesitaba una imagen de la Madre de Dios a quien venerar.
Encargó a un artista anónimo una imagen de la Virgen con Niño. Se dice que el pintor se inspiró en el rostro de la esposa del rey, Constanza de Borgoña, hija del rey de Francia, por ese motivo la Virgen sostiene en la mano una flor de Lis, emblema de la Casa Real francesa. Durante años, Nuestra Señora de la Flor de Lis, se ubicó en la nave del evangelio de la Iglesia de Santa María, y cuando se construyó la Catedral de la Almudena, fue colocada en la Cripta de la misma. Ahí podemos contemplarla y disfrutar de ella.
Es una imagen típicamente románica, de Madre en trono, con Niño en el regazo, bendiciendo y con la mano sobre el orbe. Icono que recuerda la pintura bizantina, de fondos dorados, rostros inexpresivos, colores ricos y saturados.
VISITAS GUIADAS CATEDRAL DE LA ALMUDENA
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