El infante nació en Madrid en 1657 y murió un 1 de noviembre de 1661 a los 3 años. Fue tercer hijo y primer varón del rey Felipe IV y su sobrina Mariana de Austria. Fue inmediatamente convertido en Príncipe de Asturias.
Retratado por Velázquez en 1659, refleja una profunda ternura por el niño, pero también es un dramático reflejo de su naturaleza enfermiza.
El infante se ubica en una habitación donde se aprecia al fondo una ventana por la que entra un rayo de luz. Sobre un taburete, en un cojin descansa el sombrero, en el sillón un perrillo faldero de mirada acuosa acentúa la melancolía de la escena. El infante apoya su brazo derecho sobre un sillón, le otorga majestuosidad, va vestido a la moda de la época, con sayas, pues hasta la edad de 7 años los varones no usaban pantalones o jubones, con amuletos colgando, como una higa, una pata de conejo, azabache, para alejar enfermedades, deseos que no se cumplieron. Predominan los tonos rojos y negros. La obra se encuentra en Viena. El Museo del Prado posee una versión muy similar de Juan Bautista del Mazo, pintor yerno de Velázquez.
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