Recorriendo el barrio de Lavapiés, nos encontramos esta calle estrecha y un tanto empinada que desemboca en la plaza de Agustín Lara. En la cartela cerámica contemplamos una pica y un sombrero colgado en ella, y nos remonta a la curiosa y macabra historia del intento de suplantación del rey de Portugal, don Sebastián, desaparecido en el campo de batalla, por un pastelero de Madrigal, Gabriel de Espinosa. Una trama urdida y apoyada por el agustino, Fray Miguel de los Santos, confesor del monarca portugués  y por doña Ana de Austria, hija natural de Don Juan de Austria, capitán de los ejércitos españoles, héroe de Lepanto y a su vez hijo natural de Carlos I. Tras desenmascararse la mentira, trama, fueron culpados y recibieron castigo los culpables, así, un 19 de octubre, de 1595 era ahorcado en la Plaza Mayor de Madrid Fray Miguel de los Santos.

El pastelero fue ahorcado el 1 de agosto del mismo año, después su cuerpo decapitado y descuartizado, se expuso en las cuatro puertas de la muralla y su cabeza en el Ayuntamiento de la Villa.
Tampoco tuvo excesiva piedad Felipe II con su sobrina. Fue encerrada en estricta clausura en el convento de Nuestra Señora de Gracia, en Ávila, aunque el rey Felipe III la perdonó y llego a ser abadesa de las Huelgas Reales de Burgos.
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