La última fiesta taurina que se dio en la Plaza Mayor corresponde a la celebración, el 18 de octubre de 1846, de las dobles bodas de Isabel II y su hermana María Luisa, con Francisco de Asís y el Duque de Montpensier, respectivamente. Luego, por iniciativa de Ramón Mesonero Romanos, la plaza se empedró, ajardinó y se traslado desde la Casa de Campo, la estatua ecuestre de Felipe III que todavía la preside en su centro, quedando en el olvido la tradición secular de celebrar corridas de toros en este coso.


Y hablando de bodas reales, la de Isabel II con su primo Francisco de Asis, fue un matrimonio por intereses, sabían que el elegido no se iba a preocupar por la política e iba a dar pocos problemas. Pero parece ser que cuando le comunicaron a la reina Isabel II, el elegido sería su primo Francisco de Asís, exclamó:
“¡No, con Paquita no!”
La boda se celebró en Madrid, el 10 de octubre de 1846, y la misma Reina comentó sobre su noche de boda:
«¿Qué podía esperar de un hombre que en la noche de bodas llevaba más encajes que yo?»
Pero a la reina no le importó demasiado, ya que Isabel II es conocida por buscar aquello que no encontraba en su matrimonio en otros hombres. Y el Rey encontró refugio en otro hombre, Antonio Ramón Meneses. Pero aún así el matrimonio tuvo once hijos, aunque no todos llegaron a sobrevivir, y se desconoce en cuantos el padre fue Francisco de Asís.
El reinado de Isabel II y Francisco, además de tener todo tipo de problemas matrimoniales, fue un reinado con un clima político turbulento, que terminó con la revolución de La Gloriosa (1968) y el exilio de la monarquía a Francia. Cuando los monarcas llegan a Francia, deciden terminar con su “relación” y el rey abandona a la reina y se va con Meneses, y la reina se preocupa por devolver el trono de España a su hijo, Alfonso XII.
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