Según Pedro de Repide, el nombre de estas calles proviene de un gran diluvio que ocurrio en octubre de 1439 hasta enero de 1440, estuvo lloviendo y nevando ininterrumpidamente durante casi tres meses, lo que originó que el Manzanares se desbordara y los vecinos se subían a unas peñas para poder ver la crecida y que exclamaran ¡Mira el rio, mira el rio! y de ahí se quedo el nombre de estas calles del barrio de Arganzuela.

Una leyenda un tanto inverosímil. Imposible que el Manzanares creciera tanto, y que llegará a tal desnivel. Sea o no sea cierta tal historia, ha llegado hasta nuestros días. Calles donde se ubica el Rastro cada domingo.
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