Una expresión que se usa para indicar que alguien se esta metiendo en asuntos o problemas que no conoce, que no le competen o que no reportan ningún beneficio.

Su origen se sitúa en la Edad Media, en la ceremonia de adopción de un niño tomando los problemas que ésta conlleva por decisión propia. El padre debía meter al niño por la manga de una camisa grande hecha para la ocasión. Luego lo sacaba por la cabeza o el cuello de la prenda y el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de la aceptación de la paternidad. En algunas regiones de Europa la ceremonia continúa vigente pero con la madre, con objeto de simular el parto.
El dicho además refleja una exageración en las dimensiones de la camisa, la cual no podía medir once varas, ya que una vara son treinta y tres pulgadas, lo que equivale a unos 84 centímetros. Así, la camisa mediría 363 pulgadas o bien 9,24 metros.
CALLEJEARTEMADRID CON LAS TRADICIONES
información y contacto callejeartemadrid@gmail.com